
Jueves 28 de agosto. Son las 8:30 pm en el Bar Progreso de San Luís Potosí, nos aglomeramos en una mesa como verdaderos simios arcaicos. El lugar está repleto, no cabe una sola cámara fotográfica, mucho menos un fotógrafo más. Bebemos sangrías que contienen mezcal, limón, vodka y jugo de uva; reímos. Dialogamos a medias entre el murmullo de los artistas y la música jazz que coverea algunas de las canciones más famosas de los años 90; reímos, “so fucking special”. El Bar Progreso parece haber emergido de una obra pictórica del neoexpresionismo alemán, como pintado por Emile Nolde o, en su caso, por James Ensor, y atendido en la barra ni más ni menos que por un personaje de Murnau; reímos. Futuro Moncada me cuenta un sueño: “Entramos a un jardín en donde yace una alberca que contiene en su interior a diez animales no necesariamente acuáticos, un amigo dice ‘mira, qué chingones los animales’, y mata inconscientemente a uno de ellos, las bestias se enfurecen, quieren venganza, comienza la carnicería, una verdadera masacre, los animales terminan por asesinar a todos de manera brutal”, reímos. I don’t care if it hurts.
Lo que se celebra en el bar es el tercer Encuentro Nacional de Investigación sobre Fotografía (ENIF), diseñado por Iván Ruiz a través del Centro de la Imagen y el Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario. Un encuentro de fotografía y artes visuales, genealogías, cuestionamientos y horizontes que convocó a 45 fotógrafos reconocidos para dialogar acerca las nuevas formas de documentar el interés conceptual por el archivo fotográfico y el vínculo entre la fotografía y las nuevas tecnologías. Entre los fotógrafos se encuentran Adela Goldbard, Gladys Serrano, Gabriel de la Mora, Diego Berruecos, Alex Dorfman, Jesús Flores, y Futuro Moncada con el colectivo Estética Unisex.
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En el recinto se presentan cinco proyectos de autores nóveles, entre ellos se encuentra Gladys Serrano. Me embriaga su proyecto, tiene vida, es bucólico y las sangrías de Don Juanito Nosferatu están surtiendo efecto. El proyecto de Gladys –también colaboradora de Letras Explícitas— se titula “No me preguntes cómo pasa el tiempo”, el cual está en proceso realizado con la beca del programa de estímulo a la creación y desarrollo artístico del estado de Sinaloa; un ensayo sobre el nini, ese que “ya ni tan siquiera busca empleo, duerme mucho, merodea por parques a cualquier hora, y corteja si mayor pretensión”, como escribiría José Blanco en La Jornada. Se presentan también proyectos de Gustavo Luis Lizárraga, Arturo García Trinidad, Colectivo Estética Unisex y Carlos Iván Hernández. El proyecto de éste último es interesante, se titula “Despojo” y es un ensayo que genera una lectura espectral sobre lo arquitectónico. Presenta una mansión que fue decomisada a punto de ser concluida —fantasía arquitectónica oriental en la colonia Pitic, zona residencial de Hermosillo (proyecto atribuido al narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, el “Señor de los Cielos”) que habla de la apropiación y deconstrucción del orden arquitectónico por el vandalismo, en donde el graffiti juega un papel importante, el de la reinterpretación y la intervención anónima.
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http://bit.ly/1q8auf1
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