Dicen que para hacer algo bien, solo puedes dedicarte a eso. Y parece que la fotógrafa mexicana Lourdes Grobet se tomó la máxima al pie de la letra, porque ha dedicado sus últimos 25 años de vida a retratar a los villanos de la lucha libre mexicana.
A lo largo de este tiempo, Grobet se ha abierto paso en un mundo de hombres, pero no como una exponente de la lucha, sino como la confidente de los rincones más secretos de estos casi líderes nacionales del México popular. El luchador es el héroe que empodera a las clases bajas. El ídolo espectacular y fuerte que evade al trabajador de su cruda realidad con sus victorias en el ring. La lucha libre mexicana es el primer deporte que levanta pasiones después del fútbol.
Con su tenacidad y confianza, la fotógrafa ha sido capaz de retratar al Enmascarado de Plata junto a su mujer e hija, o al famoso y duro en el ring Dotor X junto a su mujer, sentado, y con una imagen de la Virgen de Guadalupe.Con tan solo un cambio de escenario, del ring al hogar, el león se domestica. Aunque, detrás de la máscara, nunca sabremos quién hay. El luchador que la pierde en el combate no la puede vestir nunca más. Y los que la llevan, tanto en el ring como en su casa, es porque no han sido desenmascarados.
Leer nota completa en PlayGround Noticias