Por Alejandro Campos
Manuel Ramos es uno de los fotoperiodistas más importantes en la historia de México pues a través de su lente y su mirada artística, buscó retratar a un país, y en específico a una Ciudad que enfrentaba tiempos convulsos.
Nacido en San Luis Potosí en 1874, Ramos buscó registrar el carácter político, social, económico y cotidiano de México, antes, durante y después de la Revolución, logrando retratar la evolución y el desarrollo de un país que se enfrentaba a los retos de la modernidad y posteriormente de la vida democrática. Manuel Ramos fue uno de los primero fotógrafos que firmó su trabajo y que busco conservar su archivo que consta de más de 7 mil negativos, 2 mil positivos y cien documentos impresos.
Sin embargo, con el tiempo, el nombre de Ramos se perdió tras el membrete del Archivo Casasola, provocando que la Ciudad de México fuera olvidando a uno de sus grandes fotoperiodistas, aquel que logró plasmar a la sociedad moderna de principios del Siglo XX. A pesar de eso, fue el mismo tiempo y tal vez aquello que la gente llama casualidad lo que logró recuperar la memoria y la mirada de un gran fotógrafo. Fue un dolor de muelas, a comienzos de los años 90 que llevó a Pablo Ortiz Monasterio, coordinador del proyecto “Fervores y epifanías del México Moderno” a redescubrir el legado de aquel artista que soñó con ser pintor y que fue uno de los pioneros en el fotomontaje y la aplicación de color en las fotografías, todo ello en su búsqueda de la imagen ideal.
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