Se ha llamado al 2014 el año de los centenarios y con toda justicia. Recordaremos este momento de la historia mexicana por todo lo que tuvo de honra y conmemoración de artistas irrepetibles, cuyo legado extraordinario permanece en nuestros días. De hecho, recordarlos y homenajearlos ha servido para darnos cuenta de lo mucho que nos importan sus obras y cuánto ha sido la herencia que da sustancia a una cultura nacional sólida y con raíces.
En el año de Octavio Paz (México, DF, 31 de marzo de 1914 – 19 de abril de 1998), también se celebra el año de Efraín Huerta y el año de José Revueltas. 300 años de cultura propia que han construido la identidad de este lado del mundo, contribuyendo además a enriquecer la especie humana más allá de banderas y escarapelas. Se trata sobre todo de una cultura del pensamiento y de las letras, una razón más para valorar en su justa medida la muestra Imagen y palabra. Paz, Huerta y Revueltas, que será inaugurada mañana lunes en la Galería al Aire Libre de las Rejas de Chapultepec.
Son fotografías de Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas a cargo de Lola Álvarez Bravo, Rogelio Cuéllar, Héctor García y Paulina Lavista, entre otros, en una exposición organizada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Secretaría de Cultura del DF. Está conformada por 118 mamparas en las que se exhiben imágenes y textos diversos de los tres autores en sus obras, pensamiento y actuar, con trabajos también de Rafael Doniz, Enrique Díaz Delgado y García, Facha, María García, Nacho López, Nadine Markova, Hermanos Mayo, Óscar Menéndez, Ignacio Millán, Juan Miranda, Julio Pliego, Ricardo Salazar e Ignacio Sánchez Mendoza.
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