A sus 80 años, dos tercios de los cuales los pasó cubriendo noticias policíacas, Enrique Metinides (12 de febrero de 1934) capturó con su cámara los acontecimientos más sangrientos e insólitos de México.
Imágenes de cadáveres baleados o mutilados, accidentes automovilísticos, incendios o terremotos, forman parte de su extenso archivo fotográfico, que es reconocido por ojos extranjeros, que ven en su trabajo una estética peculiar y en su autor, un artista de culto, al que le han dedicado amplios reportajes en diarios londinenses como The Guardian, The Daily Telegraph y The Times, la revista italiana Zoom o la china Shanghai Weekly, además de diferentes exposiciones internacionales.
En entrevista, Metinides habla de cómo le nació su vocación cuando sólo era un niño de 10 años, y cómo le marcó toda su larga carrera profesional, así como algunos episodios que se le quedaron grabados en la mente durante los años que trabajaba para el periódico La Prensa, donde trabajó medio siglo, y donde era conocido como “El Niño”.
Su interés por el mundo de la violencia y la muerte, recuerda, surgió con las películas que veía en el cine cuando era un adolescente. “En la avenida San Juan de Letrán había dos cines, en los que veía puras películas de gángsters”, cuenta.
Rodeado de su colección de películas de cine negro y recuerdos de su carrera, como fotos suyas “en acción” y revistas donde difunden su trabajo, Metinides rememora una escena gangsteril que, asegura, lo marcó para siempre:
“Hay una cinta en donde la gente de Al Capone le pide dinero al dueño de un establecimiento para que no le pase nada ni a él ni a su negocio. Pero como no les da nada, en la noche regresan los mafiosos y ponen una bomba que hace explotar todo el edificio. Lo que se me quedó muy grabado fue cómo el director filmó las sombras de las llamas, marcadas en los rostros de las personas que estaban viendo el incendio”.
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