En el número 214 de la calle Tehuantepec, en la colonia Roma, un grupo de fotógrafos hizo de una casa habitación la primera plataforma para la profesionalización de la imagen a finales de la década de los 70 del siglo pasado, no sólo como objeto documental, sino como creación artística.
Se trató de la llamada “Casa de la Fotografía” concebida como sede del Consejo Mexicano de la Fotografía, con artistas como Pedro Meyer, Lázaro Blanco y Patricia Mendoza.
Con sólo una década de vida, el espacio se convirtió en el principal antecedente de la foto contemporánea, incluso en la semilla fundadora del Centro de la Imagen (CI), al generar los primeros encuentros y proyectos editoriales a escala latinoamericana, en los que la instantánea representó el papel protagónico.
Por ello, revisar su archivo, que heredó íntegro al CI, es trazar una genealogía de la imagen, asegura en entrevista Alfonso Morales, quien tomó la trayectoria de esta casa como eje conductor de una investigación sobre el pasado reciente de la imagen, que se despliega en la revista Luna Córnea, titulada “Viajes al Centro de la Imagen II”.
A partir de la cronología de las exposiciones en esta casa, la revista editada por el Centro de la Imagen ofrece, más que una monografía, una serie de pistas sobre los últimos 30 años de producción fotográfica que ayudan a entender en gran medida lo que hoy sucede en la instantánea, incluso en su versión digital.
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