El «yo» es el centro de toda memoria, sostenida por vivencias que son como raíces de diverso poder y profundidad. Cualquier remembranza o circunstancia acaecida en el entorno de ese «yo mismo«, ya sea como testigo, cómplice, partícipe, víctima o beneficiario, tiene, como todas las formas de la memoria, algo de subjetivo. A pesar de esa bruma que a veces los años más difuminan, pero a veces más precisan, la memoria sigue siendo, a pesar de su propensión a convertirse en mito o literatura, nuestro más firme puente hacia la realidad y la experiencia personal pasada. Por ello, al evocar a Nacho López desde los recuerdos, más que desde el análisis, es inevitable el uso de la primera persona y el riesgo consecuente de habla del uno mismo, al hablar del otro.
CUADRO l . Del aprendizaje y la historia Así pues, escribo sobre Nacho López desde la memoria, imprecisa y fragmentada, como los recuerdos que enciende la fotografía. No podría abordarlo desde un análisis de su obra o sus múltiples discursos en el universo de la imagen fotográfica, camino que historiadores y ensayistas han recorrido, y aún recorren y recorrerán, con variables grados de intensidad. Tampoco puedo rememorarlo desde la apología del discípulo porque nunca fui su alumno apuntando un hipotético dictado, o siguiendo paso a paso sus métodos fotográficos. No son necesarios tales rituales ni convertirse en réplica de un modelo para intuir, al paso del tiempo, la presencia del precursor y su impronta en el desarrollo del trabajo propio. Esta impronta modélica, al principio consciente y por lo tanto copia elemental e irrepetible, suele convertirse en una sustancia más fina filtrada desde los niveles del inconsciente. La influencia y el aprendizaje surgen en el lento proceso de comprender y compartir actitudes ajenas o exteriores, y de ver el trabajo propio entreverado con el de otros a partir de puntos de vista personales que pueden, o no, coincidir con los del precursor, pero siempre ligados a un mínimo de cánones e identificaciones.
Leer texto completo a partir de la pág. 385, en Luna Córnea:
– En Luna Córnea 31. Nacho López (Conaculta, Centro de la Imagen, Cenart, 2007, bilingüe). Agotado